La primera generación Revolt Advanced, presentada cuatro temporadas atrás, se caracterizaba por su versatilidad y una geometría destinada a la estabilidad y comodidad. El modelo 2022, protagonista de este test, sigue tratándose de una gravel muy versátil, pero gracias a los cambios recibidos ahora es más manejable y ágil sin perder aplomo. También se ha rebajado el peso del cuadro en 160 g -según datos de Giant-.
Estéticamente es difícil diferenciarla de la versión anterior. Mantiene el sloping bastante marcado y los tirantes siguen anclándose a un punto muy bajo del tubo del sillín, aunque con un diseño más fino y plano para mejorar aún más la absorción. Debemos buscar las disimilitudes en detalles como las punteras traseras regulables Flip Chip, en la tapa de la dirección y los espaciadores que forman un conjunto más limpio, o en las roscas extra para anclar más bidones o bolsas de almacenaje.
El cuadro utiliza fibra de carbono T-700, creado por Giant en sus instalaciones -en las que también fabrican para otras marcas de primer nivel- con la técnica, ampliamente utilizada, del triángulo delantero monocasco. La tecnología PowerCore prioriza la rigidez de la caja de pedalier y las vainas, siendo estas asimétricas para mejorar la solidez en el lado de la transmisión y la estabilidad en el contrario. El sistema de fijación de la tija del sillín al cuadro queda oculto bajo una tapa de goma, pero no mantenía su posición tras rodar por terrenoaccidentado.

entre ejes -regulable con la tecnología Flip Chip que os explicamos en un recuadro aparte- y al adoptar la dirección un ángulo más vertical.
También se alarga el reach -alcance al manillar- y el eje de pedalier baja 10 mm para ganar estabilidad. Aunque sus ángulos y medidas no
parecen orientados a los usuarios más tranquilos, la alta absorción de la parte trasera y -en menor medida- el manillar, la Revolt Advanced
también puede ser utilizada para rutas de varios días -el famoso bikepacking- a ritmo sosegado.
La tija del sillín y el manillar forman parte del sistema D-Fuse de Giant, que en el caso de la tija consiste en hacer plana la parte trasera para que flexe y absorba los baches y vibraciones del terreno sin perder rigidez, y en el del manillar se achata la zona cercana a la potencia con el mismo fin buscado en la tija. Si deseamos montar una tija telescópica -para reducir la altura del sillín en zonas técnicas-, Giant incluye un adaptador para tijas redondas de 30,9 mm de diámetro.
A la altura
En cuanto al grupo, todas las Revolt Advanced a la venta en nuestro país utilizan grupos Shimano GRX con doble plato. El modelo analizado -el tope de gama- monta el GRX 800, que sólo tiene por encima al GRX 800 Di2. El funcionamiento de los cambios y frenos es impecable, como llevamos comprobando desde hace varias temporadas en todas las bicis de test que lo han escogido.
Su doble plato eleva la anteriormente comentada versatilidad de la bici, pero quienes busquen el lado más salvaje del gravel echarán en falta una transmisión monoplato. En ese caso debemos desmontar el desviador delantero y su cableado, también el anclaje al cuadro -lleva dos tornillos allen de 3 mm-, poner un plato con undentado intermedio, un casete con una corona grande mucho mayor -un 42, por ejemplo- y también sustituiríamos el cambio, ya que el de serie no admite coronas superiores a un 34. Nos sorprendió que la cadena y las fundas de cambio no fuesen Shimano; con el uso de otras marcas disminuye la precisión de los cambios, pero tiene fácil solución.

Las ruedas son uno de los componentes que mayor protagonismo toman en una bicicleta, sólo por debajo del cuadro y la horquilla. Las Giant CXR 2 que monta tienen unos bujes y radios -24 por rueda- que cumplen, pero las llantas de carbono, con 35 mm de perfil y 25 mm de anchura interna, son las responsables del buen comportamiento del conjunto, así como de su ligereza y -no podemos negarlo- una estética envidiada.
También colabora, y mucho, en el agarre y absorción que las cubiertas Maxxis Receptor de 40 mm de ancho -que se ensanchan unos milímetros más al ir montadas en unas llantas de 25 mm- sean tubeless y que, al contrario que en otras marcas, no incluyan las cámaras de serie. Un muy buen detalle de Giant. Ojo con ellas, en asfalto y tierra dura ruedan muy rápido, pero en terreno suelto echaremos de menos más agarre, sobre todo en la zona central, para no meternos en líos. Nos gustó el detalle de incluir una llave de cierre extraíble para las ruedas, muy ligera -el mango es de termoplástico- y de tipo allen de 5 mm en lugar de 6 mm.



Superabsorbente
Tras los obligados ajustes de la altura y posición del sillín, también revisar la presión de las cubiertas e instalar los pedales, la primera sensación al pedalear sobre la Revolt Advanced es semejante a la de llevar la rueda trasera con muy poca presión. La culpable es la tija de sillín -y en menor medida los tirantes-, que describe un arco hacia atrás cuando nos sentamos en el sillín.
Es más o menos lo mismo que ocurrió cuando nos estrenamos con otros sistemas -como el Kingpin de Cannondale, o el de la Basso Tera-, pero en cuanto recorres unos kilómetros te acostumbras a ese ligero movimiento de vaivén y empiezas a apreciar la altísima comodidad que nos regala. El diseño del manillar también va enfocado a amortiguar las irregularidades del terreno, aunque en una escala muy inferior a la de la parte trasera, pero toda ayuda es bien recibida.

Quizá a algunos -por ejemplo, quien escribe estas líneas- les parezca que con el sistema D-Fuse perdemos precisión en la conducción, sobre todo al trazar curvas. Es cierto que se aprecia una ligera flotabilidad, pero según avance la ruta agradeceremos el confort y la reducción de la fatiga causada por los baches y otras imprecisiones de la superficie por la que rodemos. En todo caso, también disponemos de la opción de sustituir la tija por una convencional de perfil redondo.
Confirmamos su capacidad para adaptarse a todo tipo de terrenos y usuarios; desde ruteros tranquilos, pasando por bikepackers y aventureros, hasta el más agresivo que incluye tramos sólo aptos para bicicletas de montaña.
“Según avance la ruta, agradeceremos el confort y la reducción de la fatiga causada por los baches y otras imprecisiones del terreno”


¿Qué es el Flip Chip?
Presente en todos los modelos Revolt -también en las versiones con cuadro de aluminio-, el sistema Flip Chip consiste en unas pletinas -incluyendo la patilla de anclaje al cambio- que admiten dos posiciones en las punteras traseras para acortar o alargar la anchura entre ejes 10 mm. También altera el espacio libre entre la cubierta y las vainas o los tirantes; en la posición con la distancia entre ejes más larga admite cubiertas de hasta 53 mm y en la corta de hasta 42 mm. Giant afirma que el trail -o huella de la horquilla- también aumenta ligeramente con el Flip Chip en la posición más larga, mejorando la estabilidad.

Para cambiar su posición tendremos que desmontar la rueda trasera y quitar los dos tornillos de fijación con una allen de 2,5 mm. Pero también habrá que desplazar 10 mm la pinza del freno, una operación más laboriosa que incluye reubicar las pletinas de apoyo de la pinza y centrarla para que no roce con el disco. La diferencia del comportamiento de la Revolt entre las dos posiciones no nos pareció realmente apreciable, donde sí se nota el cambio es en el espacio libre de la cubierta -más a lo alto que a lo ancho- con el triángulo trasero, dejando la posición más larga un buen margen para evitar roces en rutas embarradas.