Estética minimalista, formas orgánicas y un diseño que invita a pensar en nuevas aventuras con sus anclajes para bikepacking, su relación calidad precio es muy interesante, con un GRX 400 completo, excepto los bujes y un vistoso cuadro y horquilla de fibra de carbono de alto módulo por 2300 euros. De buenos acabados va más que sobrada y sus líneas tienen un toque especial.

Dos ojales roscados en las punteras de la horquilla y uno en la cabeza, los tirantes y el sexto por detrás del pedalier, donde se unen las vainas. Algunas tienen todavía más, pero con todos estos tienes más que suficiente para todas tus aventuras.
La West es estable y rápida, cualidades a menudo contrapuestas, y sus componentes están muy equilibrados entre sí, así que nos parece una gran compra.

Comodidad ante todo
Su alta pipa de dirección supone una posición de conducción cómoda, con una buena visión periférica y un buen control. A la comodidad contribuyen sus cubiertas WTB de 45 mm, a las que se les puede bajar bastante la presión sin que lleguen a flanear mucho. El cuadro admite hasta 700 con 50 mm de grosor, por si quieres explorar el lado más salvaje o buscas aún más comodidad y flotabilidad.

Equilibrio total
El montaje nos ha parecido muy equilibrado, con la garantía de buen funcionamiento que supone un grupo GRX mecánico en eficiencia de frenada y precisión de cambios, más la versatilidad de un doble plato y unos componentes sencillos, fiables y robustos.
