Cómo lavar tu bicicleta en 24 pasos

Con el paso de los kilómetros, o si pedaleamos bajo la lluvia, la suciedad aparecerá sobre nuestra montura. Para dejarla otra vez casi como el día que la estrenamos, no queda más remedio que usar agua, jabón y frotar un poco.

José V. Gisbert - Fotos Álvaro Palomar

Lava tu bicicleta en 24 pasos
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Los utensilios básicos

1: Si sujetamos la bici en un soporte de vaina y tirante será mucho más cómodo lavarla que apoyándola en la pared, sobre todo cuando tengamos que quitar las ruedas.

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Paso 1

2: Debemos retirar el cuentakilómetros o GPS, bidones, herramientas, luces... Son elementos que no se llevan bien con el agua y será más fácil la limpieza por separado.

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Paso 2

3: Si tu grupo electrónico utiliza baterías externas, como el SRAM RED eTAP o Shimano Di2 y Campagnolo EPS más veteranos, se recomienda extraerlas para evitar problemas.

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Paso 3

4: ¡Empezamos! El primer paso consiste en rociar con agua a muy baja presión el cuadro, ruedas y todos los componentes de la bicicleta para que la suciedad se ablande.

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Paso 4

5: En un cubo con agua -no es necesario que esté caliente- añadiremos el porcentaje adecuado del limpiador específico para bicicletas o jabón que no sea agresivo.

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Paso 5

6: Empezaremos de arriba a abajo a enjabonar con una esponja grande y dejaremos que actúe para que se ablande la suciedad restante, pero sin dejarla secar completamente.

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Paso 6

7: También se puede utilizar un cepillo grande de pelo suave -el duro puede rallar la pintura- en vez de la esponja, resultando más cómodo y eficaz retirando la suciedad.

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Paso 7

8: Cuando hayamos terminado de enjabonar la parte superior y un lateral, rotaremos la bicicleta para limpiar el otro lado, también desde la parte superior a la inferior.

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Paso 8

9: Si desmontamos las ruedas del cuadro y la horquilla podremos limpiarlas con mayor facilidad. No hay problema con la pista de frenada de la llanta si la aclaramos bien con agua.

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Paso 9

10: Sólo usaremos el desengrasante si la cadena, roldanas, platos, casete, puentes de freno y otros elementos tienen suciedad muy grasienta o mugre incrustada.

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Paso 10

11: Tras dejarlo actuar unos minutos, con la ayuda de un cepillo duro, retiraremos la suciedad más rebelde. Una zona que solemos olvidar es la parte interior de los frenos.

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Paso 11

12: El jabón se aclara con agua -sí, a baja presión-, empezando desde la parte superior de la bicicleta para que la suciedad no caiga sobre zonas que ya estén limpias.

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Paso 12

13: Si secamos el agua con una toalla vieja o trapos, impediremos dejar los restos de cal que sí veríamos al secarla al aire. En este paso no debería dar el sol directamente.

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Paso 13

14: Es imprescindible lubricar la cadena tras haberla secado completamente o nos acompañarán los chirridos al pedalear y acortaremos su vida y la de la transmisión.

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Paso 14

15: Y si empleamos un lubricante basado en cera, debemos aplicarlo con más generosidad de lo habitual y esperar unos 30 minutos antes de utilizar de nuevo la bicicleta.

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Paso 15

16: Si la limpieza ha sido muy profunda y hemos utilizado desengrasante, es buena idea lubricar las articulaciones de todos los componentes con aceite en spray.

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Paso 16

17: Pero no hay que abusar y debemos tener mucho cuidado de no rociar partes como las pistas de frenada o las cubiertas. Tras aplicarlo, quitaremos el sobrante con un trapo.

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Paso 17

18: Los frenos de disco hay que limpiarlos con productos específicos que no dejen residuos, como el alcohol metílico o un producto específico.

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Paso 18

19: Para estar seguros de no dejar ningún tipo de suciedad, tras aplicar el limpiador de discos habrá que secarlos con un trapo limpio que no suelte pelusillas ni hilos.

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Paso 19

20: Podemos aprovechar para revisar el cuadro y la horquilla por si hubiesen aparecido fisuras en puntos críticos del carbono -o en las soldaduras si es de aluminio-.

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Paso 20

21: No hay que olvidarse de volver a montar las baterías externas de los grupos electrónicos y todos los accesorios que hemos quitado antes de empezar a limpiar, secando bien los contactos.

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Paso 21

22: Para dar el toque profesional y dejar la bici como nueva, rociaremos todas las zonas pintadas del cuadro y horquilla con un producto abrillantador.

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Paso 22

23: Debemos evitar pulverizarlo sobre los flancos de frenada de las llantas o las cubiertas. Para sacar brillo hay que frotar con un trapo seco y limpio.

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Paso 23

24: ¡Lista! Así de fácil será dejarla limpia y reluciente. Antes de guardarla deberíamos pedalear y accionar los frenos y cambios para comprobar que funcionan correctamente.

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¿Podemos utilizar agua a alta presión?

Sí, pero no os lo recomendamos. Todos lo hemos hecho alguna vez o incluso puede que sea la forma más habitual de lavar tu bicicleta, pero los sistemas de limpieza basados en agua a alta presión como los que podemos encontrar en gasolineras y centros de lavado, o uno portátil -también llamado Kärcher, la marca más popular- no son la manera más adecuada de quitar la suciedad sin dañar nuestra preciada montura. Una bicicleta no lleva todos sus componentes escondidos bajo una carrocería como un coche, al tenerlos al descubierto será muy fácil que el agua se cuele en los rodamientos de la dirección, los bujes, las cazoletas de pedalier, etc., desplazando la grasa y acortando su duración.

También puede entrar agua en el interior del cuadro por la tija del sillín u otros orificios como los soportes de los topes de las fundas. Los equipos profesionales utilizan sistemas de alta presión, pero no les queda más remedio debido al escaso tiempo del que disponen para dejar todas las bicicletas como nuevas. Además, renuevan el material con mucha frecuencia, por lo que su longevidad no es tan importante y los mecánicos desmontan las bicicletas al completo con relativa frecuencia.

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Los equipos profesionales utilizan agua a presión por razones prácticas

Usando el agua de una manguera con poca presión, jabón y una esponja, dejaremos nuestra bici bien limpia y reluciente evitando una larga lista de inconvenientes, pero si nos vemos obligados a emplear alta presión debemos alejar el chorro a una buena distancia para que llegue con menos fuerza y no incidir directamente sobre los rodamientos. Un último consejo: es preferible llevar la bici un poco sucia pero que funcione bien, a que esté reluciente pero no frene correctamente o los cambios salten y la cadena chirríe.

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