Si no hubiera diferentes tipos no tendríamos ninguna duda, está claro, pero por fortuna los fabricantes de frenos de disco tienen dos compuestos principales para fabricar las pastillas, aunque eso nos genera la duda de cuál elegir
Las pastillas sinterizadas son las comúnmente conocidas como metálicas o semi-metálicas. Tienen componentes metálicos (cobre, acero, bronce) y son más duras y abrasivas, desprenden más calor ante el rozamiento y su coeficiente de fricción es mayor. Son las pastillas “todo-terreno”, ya que cumplen en mayoría de usos, incluso con agua o barro, y mantienen mejor la capacidad mordiente en frenadas prolongadas. También son las más longevas, aunque la desventaja es que son más abrasivas con los discos, y también más proclives a producir ruido.

Por su parte las pastillas orgánicas contienen resinas en lugar de metales añadidos. Al contener menos metal se calientan menos, pero en frenadas prolongadas pueden acusar “fadding” o pérdida de mordiente. Son menos agresivas con los discos, que duran más, pero en cambio la duración de las propias pastillas es menor en agua o barro.
