Como hemos argumentado en varias ocasiones, la principal característica de la modalidad gravel es la libre interpretación que hacen de ella tanto los usuarios como las marcas y un buen ejemplo son los distintos conceptos de bici que nos encontramos en el mercado. En nuestro especial Gravel, probábamos la Topstone Carbon, la bici con la que Cannondale introdujo el sistema de suspensión trasera KingPin, con una flexión de hasta 3 cm sin la necesidad de amortiguación, un modelo que destaca porque la absorción nos permite afrontar con mayor comodidad rutas más largas, como nos demostró cuando participamos en la Guadarrama Gravel Challenge.
Sin embargo, en nuestra concepción del gravel como un segmento en el que debe de primar la ligereza, la simplicidad y las sensaciones similares a las de las bicis de carretera, la encontrábamos demasiado cercana a las bicis de montaña. De hecho, nuestra bici favorita para hacer gravel de la marca estadounidense era hasta ahora su modelo de ciclocross SuperX, que permite cubiertas de hasta 42 mm y tiene un comportamiento muy deportivo.
Por eso, cuando a finales de mayo se anunció la presentación de esta Topstone Carbon con horquilla Lefty, nuestra primera reacción fue ponernos a la defensiva porque estaba completamente alejada a lo que nosotros consideramos que es el gravel. Una opción que no tiene por qué ser la mejor ni la mayoritaria, como demuestra que cada vez van ganando terreno bicis más agresivas, pero que se basa en el tipo de conducción que a nosotros nos gusta y que probablemente está condicionada porque cuando comenzamos a experimentar con el gravel en nuestra revista Bicisport, hace ya casi seis años, las posibilidades de elección eran menores. Es decir, predominaban las bicis más cercanas a la carretera y de nuestra habilidad y forma física dependían los tipos de rutas que podíamos afrontar.
La Topstone Carbon Lefty es prácticamente la misma bici que la Topstone Carbon, pero con las novedades de incluir la horquilla Lefty Oliver y que de serie se vende con neumáticos de 650b. La introducción de la suspensión delantera no es tanta novedad, ya que Cannondale introdujo en su primera aproximación al gravel, la Slate, que va a quedar como un mito que se engrandecerá poco a poco por su escasa duración en el mercado, una horquilla Lefty Oliver con 30 mm de r corrido. Ahora, esta Lefty Oliver se ha modernizado siguiendo a la Lefty Ocho de MTB y ya no es de doble pletina, lo que también hace que estéticamente, dejando a un lado que es monobrazo, no llame tanto la atención.
1.500 KM DE DIVERSIÓN
Sí, lo reconocemos. Con algunos prejuicios -que si es una bici pesada comparada con la SuperX, que las ruedas de 650b son más lentas que los de la Tosptone normal…- comenzamos una prueba que, sin embargo, ha sido una de las más interesantes de los últimos tiempos. Un test que nos ha hecho replantearnos los conceptos y que, sobre todo, ha conseguido que seamos menos intransigentes. Hace años, antes de este boom del gravel, intentábamos trazar el usuario tipo y nos salía un ciclista muy experimentado, que ha pasado por varias etapas, que probablemente habría probado tanto la MTB como la carretera, y que buscaba una especie de vuelta a los orígenes del MTB. Ese perfil ahora ya no es el único, sino que hay muchos tipos de ciclistas que se acercan al gravel -personas que sólo han hecho carretera o montaña e incluso gente que se estrena con una de estas bicis polivalentes- y cuantas más opciones haya de bicis con características diferentes, mejor.
Una prueba de larga duración que comenzó a mediados de octubre y que ha concluido a principios de enero coincidiendo con la llegada del temporal Filomena, más de cuatro meses en los que hemos acumulado casi 1.500 kilómetros entre diferentes probadores por diferentes superficies y terrenos: desde nuestras habituales de pistas y senderos hasta una salida con la nieve recién caída en uno de los días que más hemos disfrutado con la bici últimamente. Puedes ver las imágenes en nuestra cuenta de Instagram.
Sin embargo, queremos destacar dos experiencias reseñables de estos meses: un pequeño viaje de bikepacking de dos días saliendo desde el centro de Madrid y una ruta comenzando en Patones y adentrándonos en la Sierra Norte de Guadalajara. Una jornada que nos sirvió también para probar la versión eléctrica Cannondale Topstone Neo Carbon Lefty 3 y de la que podéis ver todos los detalles en este vídeo.
Casi 110 km con más de 2.500 metros de desnivel en una de las rutas obligatorias para todos aquellos a los que les guste la modalidad gravel y que tiene de todo: pistas sencillas, bajadas técnicas -como la de la Presa de la Parra para cruzar el río Lozoya-, la visita al Monasterio de Bonaval y al pueblo de La Vereda, etc. Las malas condiciones meteorológicas -una espesa niebla nos acompañó la mayor parte del día- nos impidió disfrutar al máximo de la ruta; aunque también es un buen motivo para repetirla el próximo verano, ¿no creéis?
TAMBIÉN PARA BIKEPACKING
Si nos seguís habitualmente, sabréis que nos encanta el Bikepacking. Por eso no podíamos dejar pasar la oportunidad de probar la Topstone Lefty en una ruta con equipaje, aunque esa vez sí dejamos en la redacción la versión Neo. El improvisado viaje consistió en dos rutas desde Madrid a la Sierra de Guadarrama y vuelta, durmiendo en Cercedilla, con unos 270 km y casi 5.000 metros de desnivel total en elos que evitamos al máximo el asfalto y buscamos la mayor variedad posible: pistas sencillas, senderos rápidos y algunos pasos complicados. Como compañera, una Ridley Kanzo Fast con el grupo Campagnolo Ekar que os presentamos hace un par de meses.
Salimos de la cuiudad por los caminos de la Casa de Campo y El Pardo, una toma de contacto en un terreno bastante compacto, con algún sendero sin dificultad, y sí, las sensaciones son de que la bici es menos deportiva -la geometría es más relajadaque nuestra querida SuperX… pero solo es necesario llegar al primer sendero, aunque hayamos pasado muchas veces y no tenga casi dificultad, para demostrarnos que la confianza que te da la Lefty delantera te permite no tener que frenar tanto. Sin horquilla, primero tienes que reducir la velocidad, buscar el mejor trazado y después lanzar la bici; la Lefty, aunque sólo sean 3 cm, absorbe las irregularidades y nos ayuda a que todo sea más fluido.
Continuamos por pistas fáciles de Tres Cantos, las que se usaban en las antiguas maratones del Festibike, y por los caminos de servicio del Canal de Isabel II -un paraíso para el gravel en Madrid-. Aquí a priori iríamos más rápido con una SuperX o una Topstone de aluminio con ruedas de 700 -tenemos pendiente probar a fondo si se trata de una sensación o de un hecho-, pero la tónica se mantiene: en cualquier bajada, sobre todo si hay algún reguero, la Topstone nos permite mantener la velocidad, mientras nuestro compañero tiene que frenar para evitar que la bici se descontrole -o el riesgo de un pinchazo por llantazo-.
Nos dirigimos hacia la Sierra de Guadarrama para afrontar una de las subidas más duras de Madrid, el camino, a trozos hormigonado, que asciende desde la urbanización Vista Real al embalse de la Maliciosa: poco más de un kilómetro, pero con una pendiente media del 17% y tramos cercanos al 30%.
Aquí encontramos por primera vez el límite de la cubierta trasera WTB Byway, que nos patinó en varias ocasiones, y quizá echamos en falta un poco más de desarrollo, aunque hay que tener en cuenta que son rampas muy extremas y que el agarre hubiese sido precario con cualquier cubierta de gravel rodadora. El fin del día, en uno de los senderos más bonitos de Madrid, nos devolvió las sensaciones de cuando montábamos por aquí hace más de 15 años con la bici de montaña. Era tarde, no había senderistas y solo nos teníamos que concentrar en pasar raíces y piedras. Aquí la Lefty nos puso las cosas mucho más fáciles que si llevásemos horquilla.
El comienzo del segundo día ya nos hizo pensar en que nuestra idea del gravel quizá sea más purista -o eso pensamos nosotros, ilusos-, pero seguro que no es tan cómoda. Después de ocho horas de pedaleo -más de diez en total-, el cansancio acumulado y los dolores de cuello, brazos y espalda no eran iguales entre quien llevaba la Topstone y la Ridley. Y esa fatiga, a pesar de que el inicio del día era por una pista muy sencilla -el puerto de la Fuenfría por la conocida como carretera de la República-, hace que las diferencias que pueden existir entre una bici gravel deportiva y otra más pesada se igualen, como comprobamos de nuevo ascendiendo otros dos puertos que son ideales para gravel: el collado de La Mina desde el Alto del León y Abantos, donde lamentablemente parece que no veremos pasar más veces a La Vuelta.
Desde El Escorial hacia Madrid regresamos alternando pistas y algún sendero complicado, donde la diferencia entre la Topstone Lefty 3 y la gravel deportiva se agranda, no tanto por las diferencias técnicas de los dos ciclistas, sino porque cuanto más dura y larga sea la ruta, más notaremos el cansancio. Regresamos a la Casa de Campo, esta vez por el oeste, y nos damos cuenta de que, apenas 35 horas antes, casi rechazábamos a la Topstone Carbon Lefty como una opción para nuestro tipo de gravel. Ahora lo tenemos claro: cuando más te aproximes al límite, ya no sólo en recorridos técnicos, sino también en la duración de tus rutas, más sentido tiene esta bici.
Cannondale Topstone Carbon Lefty 3
Cuadro
- Cuadro BallisTec Carbon, Kingpin suspension system
- Horquilla Lefty Oliver, 30 mm
- Tallas De XS a XL
- Colores Stealth Grey; Mantis.
Transmisión
- Bielas Cannondale 1, 40 dientes
- Desviador-
- CambioShimano GRX 800
- Mandos Shimano GRX 600
- Cadena Shimano HG601
Ruedas
- Ruedas WTB ST i23 TCS
- Casete Shimano SLX, 11-42
- Cubiertas WTB Venture/Byway 650 x 47c
- Frenos Shimano GRX 400
Componentes
- Manillar Cannondale 3, aluminio
- Potencia Cannondale 2, aluminio
- Tija Cannondale 2, UD Carbon, 27.2 mm
- Sillín Fabric Scoop Shallow Elite
Cifras
- Peso total10,360 kg
- Precio3.799 €
- Distribuidor Cycling Sports Group, contacto@cyclingsportsgroup.com
- WEB www.cannondale.com
Valoración final
Por José Pastor / Joaquín Calderón
Esta Cannondale Topstone Carbon Lefty es la evolución, no de la anterior Topstone, sino de la Slate, ahora suprimida de su catálogo. No sólo dispone de horquilla Lefty, sino además del sistema Kingpin que, gracias a su articulación y absorción de las vainas, la convierte casi en una gravel con doble supensión. La primera impresión que da es como la de ir con una presión excesivamente baja, aunque en realidad no sea así, pero con el paso de los kilómetros te acostumbras a esa absorción... que echas de menos cuando montas sobre una bici completamente rígida. Com hemos apuntado, teníamos prejuicios sobre la bici, no sólo en suspensiones, sino también en el diámetro de rueda, 650b en oposición al más tradicional 700, prejuicios que han ido quedando cada vez más alejados cuanto más hemos usado esta Topstone.
Las ruedas de 650b, con la posibilidad de instalar un neumático con mayor balón, son ideales para hacer rutas de gravel más cercanas al btt, para lo que preferiríamos neumáticos con más taqueado de los que equipa de serie -WTB, Venture 47c delante y Byway 47c detrás-, que quizás nos limitan un poco para llegar a ese "gravel más extremo” al que nos incita la bici con sus suspensiones.
Es cierto que la sensación es que la bici no es tan rápida como sería con ruedas de 700, y quizá es de donde venían esas reticencias iniciales, pero el plus de seguridad que nos aporta el conjunto, y sobre todo de comodidad, que se traduce en llegar bastante más descansado al final de las rutas, ha hecho que la balanza se haya inclinado a favor de este diámetro algo menor.
El sistema de suspensión trasera aprovecha las propiedades del carbono para flectar en las vainas y gracias a una articulación en los tirantes hacer un sistema sencillo y más que suficiente y eficiente para una disciplina como el gravel. La horquilla Lefty, rígida, totalmente bloqueable y con 3 cm. de recorrido, aporta comodidad, seguridad y manejabilidad que compensan con creces el aumento de peso que supone. Ir más allá en ambas creo que sería desvirtuar la disciplina.
Para terminar, no queremos olvidar el nuevo sistema de sujeción de la pinza de freno delantero y su sistema para soltarlo de forma rápida, que ha sido un gran acierto que nos va a facilitar la vida para esos viajes en los que necesitemos meterla al maletero. Tampoco nos queremos olvidar del exquisito funcionamiento del grupo Shimano GRX. No importa la gama -en este caso con manetas de la serie 600, cambio 800 y pinzas de freno 400, su funcionamiento siempre es ejemplar.