Viajar sobre una bici, llevar lo mínimo imprescindible para varios días y pedalear sin prisa, desconectando del mundo y en sintonía con la naturaleza, escuchando el rodar de la bici, el viento meciendo las hojas y el ruido del campo, es una sensación única.
En este viaje nos hemos perdido, no por no saber dónde estábamos en cada momento, sino por perdernos la actualidad, olvidar el agotamiento pandémico del que todos en mayor o menor medida somos víctimas y, perdidos, hemos encontrado frío, sol, viento y los paisajes impresionantes que nos ha traído el inicio de la primavera meteorológica, y además iluminados con esa luz tan especial de los días claros, sin calima, sin contaminación. Hemos pasado penurias, ya casi olvidadas ahora al escribir, y es que empezar el viaje por la tarde en la redacción de BIKE en Cercedilla y coronar el puerto de la Fuenfría casi con la puesta de sol, fue apostar sin duda a bajas temperaturas.
El viento de cara y no haber elegido la ropa adecuada hizo que pasásemos mucho frío hasta llegar a Valsaín y que no entrásemos en calor hasta la plaza del Azoguejo, donde se sitúa el acueducto de Segovia. El segundo día comenzó también frío al amanecer.
Encontramos un track para ir a Ávila y comenzó el contraste de paisajes: primero una zona kárstica, luego cultivos de cereal dehesas, etc. En Villacastín tomamos un camino equivocado que nos hace entrar en una dehesa de la que tenemos que salir saltando una valla. Perdimos tiempo, pero mereció la pena: fue espectacular el suelo cubierto de pasto verde, las encinas de todos los tamaños inundando hasta donde la vista alcanzaba, el silencio, el sol.
En ese preciso instante, todo ese paisaje era nuestro, nos lo habíamos ganado con nuestro esfuerzo. Salimos de esta bucólica finca enlazando caminos hasta llegar a Ávila y contemplar su maravillosa Muralla. Repusimos fuerzas y ascendimos por carretera el puerto de Navalmoral, donde tomamos el camino que da servicio a los genera dores eólicos de la cuerda de la montaña. Un camino muy divertido y técnico nos llevó de El Barraco a Navaluenga, donde volvimos a la carretera para subir el larguísimo puerto de Mijares.
La bajada, casi de noche, nos llevó sin dar pedales hasta nuestro hostal en el pueblo del mismo nombre. La última jornada amaneció por fin con sol. Desde el pueblo de Piedralaves tomamos una pista forestal perfecta para gravel, aunque muy dura. Casi 25 km en constante subida hasta el puerto de Casillas. Desde aquí, la vista del pantano del Burguillo, casi lleno y todo rodeado de verde, es sublime. Bajamos por mitad pista, mitad asfalto y cambiamos los pinares el inicio por robles y tejos aún sin hoja, que nos recuerdan que la primavera está por llegar.
Salimos de El Tiemblo por carretera hacia Robledo de Chavela para ganar tiempo y el viento de costado ayuda a nuestras merma das fuerzas. En el pueblo madrileño tomamos el famoso wGR-10 y después un divertido sendero en dirección a Zarzalejo, donde de nuevo el GR-10 nos llevó a la Silla de Felipe II. Visitamos fugazmente El Escorial y llegamos rápido a Cercedilla, cerrando el círculo que iniciamos dos días antes.
- Kilómetros: 330 km y casi 6.600 metros de desnivel acumulado
- Etapas: 3 Cercedilla-Segovia; Segovia-Mijares; y Mijares-Cercedilla.
- Tiempo: “De sol a sol”. 17 horas y 30 minutos de pedaleo efectivo en un total de casi 20 horas y 30 minutos.
Las bicicletas utilizadas: FOCUS Atlas 6.8
- Cuadro: Aluminio, 148x12
- Horquilla: Carbono, 110x12
- Pedalier: Shimano GRX 600 46/30
- Desviador delantero: Shimano GRX 800
- Desviador trasero: Shimano GRX 810
- Mando: Shimano GRX 600
- Casete: Shimano 105, 11-34
- Cadena: Shimano CN-HG601
- Frenos: Shimano GRX 600
- Dirección: Acros
- Potencia: Focus aluminio
- Manillar: Focus JD RA85
- Sillín: WTB SL8
- Tija sillín: Focus aluminio, 27,2 mm
- Ruedas: DT Swiss LN Gravel
- Neumáticos: WTB Riddler, 700 x 45C
- Peso: 10,510 kg
- Tallas: 48, 51, 54, 57, 60
- Precio: 2.099 €.
- Web: www.focus-bikes.com