Quien lleva años montando en bici lo sabe: los pedales automáticos Shimano parecen eternos. Sin embargo, llega el momento en el que aparecen holguras, crujidos, y flotabilidad en el pie. Es el momento de renovarlos por unos nuevos, y hacer un nuevo cambio de calas también.
Parece más difícil de lo que realmente es, incluso puede darnos respeto, pero saber utilizar nuestro tronchacadenas puede marcar la diferencia entre acabar la ruta planeada o tener que volver a casa “en taxi”.
Uno de los componentes que más necesita de nuestros cuidados es la cadena, la encargada de la dura tarea de transportar nuestra energía desde los pedales hasta la rueda trasera.